El panorama de las Amenazas Persistentes Avanzadas (APT) es dinámico y complejo, con actores constantemente evolucionando sus tácticas y objetivos. Identificar un "top diez" definitivo puede ser subjetivo y variar según la fuente de inteligencia, pero ciertos grupos consistentemente demuestran una sofisticación, impacto y persistencia que los colocan en la vanguardia de las amenazas cibernéticas a nivel global.
Basándonos en análisis recientes y el consenso general de la industria de ciberseguridad, podemos identificar algunos de los grupos APT más notorios y activos que han dominado el panorama de amenazas en los últimos años:
El Pódium de las Amenazas Sofisticadas (Lista no exhaustiva y sujeta a variaciones):
Lazarus Group (también conocido como APT38, Hidden Cobra): Ampliamente atribuido a Corea del Norte, este grupo es conocido por sus sofisticados ataques financieros a bancos y otras instituciones, así como por campañas de espionaje y ataques destructivos.
APT28 (también conocido como Fancy Bear, Sofacy, Sednit): Vinculado a la inteligencia militar rusa (GRU), APT28 es infamous por sus campañas de ciberespionaje y su interferencia en procesos políticos a nivel internacional.
APT29 (también conocido como Cozy Bear, Nobelium, The Dukes): También asociado con la inteligencia rusa (SVR), APT29 es conocido por sus ataques sigilosos y persistentes contra gobiernos, organizaciones de investigación y empresas de tecnología.
APT41 (también conocido como Winnti Group, Barium): Este grupo con presuntos vínculos con China se destaca por su combinación de actividades de espionaje patrocinadas por el estado y ataques con motivación financiera.
Salt Typhoon (también conocido como GhostEmperor, FamousSparrow): Un grupo APT de origen chino activo desde 2020, conocido por sus campañas de ciberespionaje dirigidas a importantes empresas de telecomunicaciones y entidades gubernamentales en Asia y Estados Unidos.
APT31 (también conocido como Zirconium, Judgment Panda): Otro grupo con presuntos vínculos con China, APT31 se centra en el espionaje y el robo de propiedad intelectual, apuntando a diversos sectores, incluyendo gobierno, tecnología y aeroespacial.
Kimsuky (también conocido como Velvet Chollima, Black Banshee): Se cree que es un grupo de espionaje norcoreano, Kimsuky se centra principalmente en recopilar inteligencia sobre Corea del Sur y otros países de interés para Pyongyang.
Star Blizzard (también conocido como Cold River, TA446): Un grupo con vínculos con Rusia, Star Blizzard se ha centrado en campañas de desinformación y ciberespionaje, apuntando a instituciones académicas, think tanks y gobiernos.
Volt Typhoon: Identificado recientemente, se cree que este grupo tiene vínculos con China y se enfoca en obtener acceso persistente a infraestructuras críticas en Estados Unidos, lo que plantea preocupaciones sobre posibles ataques disruptivos.
Tropic Trooper (también conocido como Keyboy, APT-C-18): Se sospecha que este grupo tiene su origen en China y se especializa en ataques contra gobiernos y organizaciones en el sudeste asiático, con un enfoque particular en el espionaje.
Es importante recordar que esta lista no es estática y la actividad de los grupos APT puede variar con el tiempo. Además, nuevas APTs emergen constantemente, y la atribución definitiva sigue siendo un desafío complejo.
El Tejido Oculto: ¿Existen Alianzas entre Grupos APT?
La pregunta sobre las alianzas formales entre grupos APT es compleja y a menudo envuelta en el secretismo inherente a sus operaciones. Evidencia directa de acuerdos explícitos de colaboración es rara. Sin embargo, existen indicaciones y patrones que sugieren formas de cooperación o, al menos, relaciones más allá de la simple coincidencia de objetivos:
Sin embargo, es crucial señalar que la atribución en ciberseguridad es compleja y la similitud en herramientas o técnicas no siempre implica una alianza formal. Podría ser simplemente el resultado de la difusión de conocimiento dentro de la comunidad de atacantes o el uso de las mismas vulnerabilidades o software disponibles.
Hasta la fecha, no existe una evidencia pública sólida y generalizada de alianzas formales y explícitas entre los principales grupos APT a nivel global. La mayoría de las operaciones parecen ser llevadas a cabo de forma independiente por cada grupo, sirviendo los intereses de sus respectivos patrocinadores.
No obstante, el panorama de las amenazas cibernéticas está en constante evolución. A medida que las defensas se vuelven más sofisticadas, no se puede descartar la posibilidad de que, en el futuro, veamos formas más directas de colaboración o coordinación entre grupos APT para aumentar su eficacia y evadir la detección. Por ahora, el tejido de sus relaciones sigue siendo en gran medida invisible, pero la vigilancia constante y el análisis de la inteligencia de amenazas son fundamentales para comprender las dinámicas ocultas de este peligroso ecosistema.